Las prácticas de traducción tienen como objetivo tender un puente entre la formación académica de los alumnos y el mundo profesional con el que se encontrarán una vez concluidos sus estudios. En la medida de lo posible, las condiciones que regirán el trabajo de los alumnos se acercarán a las del mercado laboral, puesto que se persigue que aprendan a enfrentarse a situaciones y problemas auténticos de manera autónoma.